Una crisis cuasi-existencial llamada tesis
Pensamientos y decisiones encontradas alrededor de un hito que es obligatorio de hacer y pasar, la tesis, no importa si es de grado o posgrado, se ha vuelto una barrera dura de saltar.
Marcela tenía terminado su quinto año de universidad, había estudiado en Arequipa, decidió ir allá para ser ingeniera y dedicarse a construir edificios amigables con el medioambiente, había sido en general, una buena estudiante, más arriba del promedio, culminó estudios con buenas notas. Marcela, tenía que graduarse, la universidad y las normas del país le exigían una tesis para titularse. Ella debía desarrollar una idea que pudiera ser atractiva y buena para poder obtener el ansiado título de ingeniera civil, sentía que sus conocimientos eran los mejores, suficientes para poner a trabajar una idea y concretarla, con esa idea iba a conseguir el título, con esa idea iba a tener la mejor tesis. Marcela buscó un asesor, él aceptó. La asesoría de tesis era parte de la responsabilidad del docente para la universidad, tenía horas cubiertas en suficiencia para asesorar a Marcela. El asesor le pidió el título de la tesis y allí inició el camino al abismo. Han pasado casi dos años de ese día, de ese inicio de asesoría y el título aún no cuaja, no llega a ser la tesis. marcela ahora está frustrada, siente que no va a ser ingeniera nunca, que fue mala elección su carrera, su vida y su tesis. El asesor, ingeniero experto en construir edificaciones de todo tipo, dueño de una gran constructora amenaza con abandonar a Marcela porque no avanza al ritmo que él desea.
Esta historia, la historia de Marcela es la de muchos, casi todos. La idea de la tesis los vuelve locos, sueñan con ella, duermen con ella, comen con ella, salen y regresan con ella, pero es una relación tóxica, solo escuchar la fatal pregunta de ¿Cómo va la tesis? es caer en depresión, en ansiedad, en angustia, en desánimo, en cólera, en locura. Qué pregunta para más cruel. La tesis genera una serie de sentimientos horribles para muchos y banales para otros. Marcela como muchos acabó en el mercado negro de tesis, si, claro que si, en Perú existe un mercado negro de tesis. Te venden de todo, idea, ejecución, redacción y hasta diapositivas de sustentación, todo listo. Son como juguetes chinos, están allí, pero no sirven para nada, son absolutamente descartables, perecibles, inútiles, intrascendentes, banales hasta el tuétano. Parte del problema es quién asesora y la otra parte del problema es quién desea la tesis, claro está, parte del problema también son las universidades. Sí Marcela en lugar de tener un título hubiera tenido una pregunta de investigación que se hubiera iniciado en sus dudas y brechas de conocimiento a partir de su experiencia como estudiante, una buena idea hubiera tenido -Asumiendo claro, que no solo tenía buenas notas, si no que digería adecuadamente cada cucharada de conocimiento adquirido en su formación- y su pregunta ideal hubiera sido. Sí el asesor de Marcela hubiera sido claro, sincero y cauto, le hubiera pedido esa pregunta de investigación, no un título -Ojo, un título, como un nombre de un hijo que aún no tienes, es más atractivo que una pregunta de investigación, le haces hasta fiesta y no sabes a veces si podrás engendrar- la hubiera evaluado para saber si tenía conocimiento suficiente de un tema y sus brechas, sus vacíos de conocimiento. Por supuesto, la universidad, si no te da espacios, laboratorios, aulas, bibliotecas, facilidades, para pensar, para desarrollar ideas, entonces la tesis no encaja, no funciona como tarea.
Marcela fue estafada, le vendieron una tesis que no sirve, repetida, copiada, mal hecho, redactada para el gato. Marcela perdió su dinero, su perdida inició cuando era estudiante y la lleva al hombro ahora que no tiene título, que no es ingeniera, ahora que no puede concretar el sueño de ser la de los edificios sostenibles, aquella que se frustró. Marcela puede retomar, puede hacerlo, pero tiene que matar a ese mono que la jala del cuello y que ahora subliminalmente le dice que "no puede hacer la tesis". Allá afuera, hay muchas Marcelas, quieren tesis y no saben como. Solo saben que viven en medio de una crisis.